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Mostrando entradas de julio, 2010

Espacio bajo la piel

Correr desnudos, gritar a los coches, aullar a la luna, Comprar el pan, ir a trabajar, cocer verdura, Comer carne (casi) cruda, dormir bajo las estrellas, Poner el despertador, hacer un cumplido… Cuanto espacio bajo la piel, un mar de volcanes navegando cicatriz discontinua. Tanto espacio desaprovechado para la nutrición, de nuestra sangre. Tanto instinto vacío y pellejo inútil, Tanta estructura de lo sin sentido, y caos de lo racional. Tanto pájaro por el suelo y pez volador, en el zoológico de tu imaginación, que sólo se pueden cazar ahogándolos, en un escupitajo dorado, llenando de vida el espacio bajo la piel

Tejados de Cagliari

Desde el escalón a tu cielo, te escribo, mi alma, Respiro las huellas de mi pasado y el polvo que he levantado, Huele a sal, mi alma, Veo tejados bajo los que nunca viviré al tiempo que el tiempo no es más que arena, roca y sal. ¿Qué somos minha alma? (Te encuentro siempre que me pierdo) El mar, antes amigo y confidente hoy escribe cartas de eco lejano. Dicen los ecos de salitre que estás conmigo por conveniencia y que fuera de mi cuerpo no sabes existir. Aprenderás o morirás, al tiempo que yo, ser luminoso con fecha de caducidad caeré bajo la tierra que he levantado. Y seré oscuro, ya no seré. ¡Oh, mi alma! Como olvidar el mundo que juntos encontramos, que juntos compartimos y como seguro, olvidaran el mundo que dejaremos. Pero no quiero que te abatan las verdades del jilguero. Tu eres, ante todo eterna, mi alma. Me lo dice el mar que escala por los tejados de esta ciudad. Seamos uno, mi vida, que mientras ocurre el mundo, ocurrimos también nosotros y deja q...

De flores

Y reproche tras reproche, la flor se marchitaba. Había nubes, pero no lluvia. El jardinero, de vacaciones. El mayordomo, despedido. Y un reproche tras otro tornó el tallo marrón. Y la lluvia no venía, no venía, no venía. Las tardes pasaban grises y marrones como el barro bajo la niebla. La ilusión por crecer se desvanecía. Entre la niebla, a tientas, rodeando todos sus miedos, andaba alguien. Reproche tras reproche, la lluvia llegó. Lo inundó todo lo que el agua toca y como el agua sucedió. Hubo quien abrió su paraguas, hubo quien no. Y bajo el agua y entre la niebla, alguien chocó. En aquel mundo en el que Dios no es todopoderoso. En el que el niño que nace de ilusión puede morir de pereza. En el que el anciano cruza la calle por donde más se ve el sol. La locura sólo es una compañera de viaje. Allí podrás ver un rostro marchito en un espejo. Un rostro cuyos ojos no se miran. Quebradizo, arrancado de una de las tierras, cobrado por el agua…el tallo crea una mitología. S...

Sin título

Soles son amores y no energía que metabolizar. Incógnita embarrada de los caminos que seguiste sola. Piedras que hacen el camino, con el que tropieza tu razonamiento. Movimiento entre márgenes. Vida entre muertes. Muerte entre las flores

Tu palabra

Evasión y victoria, Realidad y derrota, Elección aleatoria de no ser, Llevo conmigo la música, de tus silencio(s), la mística de tu palabra ausente. AGL